La Teichopolítica: Construcción de Barreras Fronterizas en un Mundo Globalizado

October 5, 2016

En los últimos años el mundo globalizado vive una gran paradoja: fronteras cada vez más débiles para favorecer el intercambio comercial pero en las que se construyen todo tipo de cierres para evitar la permeabilidad de los límites físicos a la movilidad humana. Es lo que se ha denominado teichopolítica. “Este vocablo, extraído del griego clásico τειχoς(teichos) significa literalmente “muralla”, ha sido acuñado por el geógrafo y académico Stéphane Rosière (2009), para referirse a la política de clausura de las fronteras mediante el levantamiento de barreras físicas, ya fueran alambradas o murallas”.1

En las fronteras siempre se dan dos lógicas: la cooperación y el control. Como sostiene Marie Didot, la teichopolítica puede deberse a que actualmente la amenaza no es identificable con un ejército hostil, puede ser difusa, anónima y omnipresente, particularmente después de los eventos que marcaron el inicio de la década pasada, en particular los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Como afirma Didot: “La securización de fronteras -y por consiguiente del territorio- ha devenido [...] una prioridad para los gobiernos” (Didiot, 2013).

En el caso de la lógica fronteriza del control, se puede señalar que en la eventualidad de que las amenazas, ya sean terroristas, delictivas, actividades ilícitas como la inmigración ilegal y/o el tráfico de drogas aumenten de nivel, el control se hace más relevante. De volverse una amenaza máxima, en cuanto a intensidad y envergadura, puede llegar a provocar la denegación de acceso fronterizo y la teichopolítica. En el caso del mundo islámico, tanto el terrorismo como el Islam radical pueden ser justificativos de la aplicación de esta política. Fred Halliday lo sintetiza en un triple prejuicio: islamofobia, eurocentrismo y estereotipación. Al respecto declara:

La alarma concierne a la amenaza que, por un lado, plantea al mundo no musulmán, y por otro, que el Occidente plantea a los musulmanes. Las simplificaciones de los no musulmanes implican muchas referencias obvias: el terrorismo -como si la mayor parte de musulmanes fueran terroristas o la mayor parte de los terroristas fueran musulmanes; el grado de agresividad encontrado en el mundo de musulmanes y la responsabilidad de los musulmanes con ello; la apatía de los musulmanes para valorar la diversidad, el debate y el respeto por los derechos humanos (Halliday, 2002: 14).

En la última década -como sostiene Janes y Rosière (2012) - el doble temor a la migración y al terrorismo a menudo justificó la nueva atención a la seguridad fronteriza. A lo que se sumó el temor a la existencia de mil millones de musulmanes en 50 países, y entre 10 y 15 millones en Europa y Estados Unidos, según cálculos de Ahmed (2005: 2). Por ejemplo, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y otra serie de atentados en el mundo, el gobierno de India aceleró la construcción de un muro en la frontera de Bangladesh. Curiosamente, las fronteras terrestres se endurecen después de estos acontecimientos pese a que en la mayoría de los casos los autores de atentados terroristas llegaron legalmente a los países y con documentos válidos. No obstante, estos problemas de seguridad tuvieron como resultado la construcción de nuevas barreras en todo el mundo (Janes y Rosière, 2012).

Para Robertson (2007) la globalización junto con crear la sensación de que estamos viviendo un mundo abierto y en red también aumentó nuestras percepciones de amenazas provocadas por los extraños o extranjeros, la llamada extranjeridad (strangeness). “El aumento de securización de nuestras vidas exacerba nuestro sentido de la alteridad (la amenaza planteada por el otro): el mundo se vuelve familiar, pero está lleno de extraños” (Rumford, 2013: 11).

Sin embargo, este incremento del control fronterizo a través de la construcción de muros choca con una realidad que muestra que los más importantes atentados terroristas en los últimos años han sido perpetrados por musulmanes que viven en Occidente: el intento de matar al dibujante danés Kurt Westergaard, el atentado fallido de hacer explotar un avión que se dirigía a Detroit por parte de un nigeriano, el tiroteo de Fort Hood (Texas), el atentado a la revista Charlie Hebdo y el ataque explosivo durante la maratón de Boston. Probablemente los autores de estos atentados empezaron su proceso de radicalización en Internet.

Pero el miedo al otro, al extranjero, ha provocado que luego de dos décadas de que cayó el muro de Berlín, el mundo este plagado de nuevas murallas que dividen a países, pueblos y familias de Brasil a Uzbekistán, de Cisjordania a México. “Las razones son múltiples: combatir la violencia, la inmigración ilegal o incluso la aftosa, pero el resultado es siempre el mismo: separar y atemorizar” (BBC, 2009).

La teichopolítica contribuye entonces a la configuración de una globalización segmentada. Desde esta perspectiva, y parafraseando a Hobsbawm, incluso los países más pequeños son rocas que quiebran las oleadas de la globalización.2 No es que estos sistemas corten el flujo, más bien posibilitan la circulación constante aunque bajo un estricto control que permite seleccionar e identificar a quienes se desplazan por las fronteras.

Actualmente existen 14 muros en pie que nos rememora aquel más simbólico derribado el 9 de noviembre de 1989, en la capital alemana. Revisemos algunos de ellos.3

El caso más emblemático es la barrera que separa los territorios cisjordanos controlados por la autoridad palestina del sector controlado por Israel para la defensa de su población. Según lo planificado, dicho muro se extiende por 709 kilómetros. De este total 20% sigue la línea verde que actúa como límite de ambos territorios, y 80% se emplaza en Cisjordania, por lo que se enclavó al interior de los territorios autónomos. Esta barrera está formada por vallas, alambradas, zanjas y placas de cemento de hasta 8 metros de alto. Lo que para Israel es una "valla de seguridad" se interpreta desde el lado palestino como un "muro de apartheid" (BBC, 2009).

En otro sector del mundo, India y Pakistán comparten unos 2.900 kilómetros de frontera. Muros, alambradas o fortificaciones se extienden por casi la mitad de la línea fronteriza. La frontera que comparten India y Pakistán, ambas potencias nucleares, es una de las más volátiles del planeta.

En el Sahara Occidental existe el segundo muro más largo del mundo después de la Muralla China con más de 2.700 metros de longitud y una altura aproximada de 2,5 metros. Empezó a construirse en 1980 y la última etapa finalizó en 1987. Está compuesto de paredes de arena y piedras, alambradas, zanjas y campos minados.

En pleno Mediterráneo se encuentra un nuevo muro. En 1964 se definió la barrera que partió Chipre en dos, separando a los grecochipriotas en el sur y los turcochipriotas en el norte de la isla. Con adhesiones religiosas cristianas y musulmanas respectivamente. Una década después este muro se convirtió en un óbice insalvable tras la guerra entre ambas comunidades en 1974.

En el mismo Mediterráneo, España decidió construir a finales de siglo XX dos barreras físicas en Ceuta y Melilla para evitar la entrada masiva e inmigrantes africanos sin permiso de residencia. Estas ciudades autónomas ubicadas en territorio africano, al otro lado del estrecho de Gibraltar, representan la entrada más directa a Europa desde África.

Producto de la invasión a Kuwait por parte del entonces gobierno de Saddam Hussein se delimitó la frontera con barreras de diverso tipo. La primera de ellas empezó a construirse en 1991 por iniciativa de Naciones Unidas para evitar una nueva intervención iraquí. Tiene 190 kilómetros de longitud y se compone de una cerca electrificada, alambre de púa y muros de arena. "El conjunto está flanqueado por dos zanjas de cinco metros de profundidad. En 2004, Kuwait empezó a instalar una nueva barrera de 217 km. El argumento fue que era necesario proteger la frontera norte del país" (BBC, 2009).

Otro muro importante es el que rodea a Uzbekistán compuesto principalmente de alambres de púas. En 1999, tras un atentado en la capital, Tashkent, el gobierno uzbeko recurrió a estas barreras alegando que había que impedir que militantes del radical Movimiento Islámico de Uzbekistán se infiltraran en su territorio. La barrera de alambre de púa está allí respaldada por una cerca electrificada con una corriente de 380 voltios.

Por último está el muro que defiende a la economía más poderosa del golfo Pérsico: el reino saudita. Este país es el poseedor de la mayor reserva de petróleo del mundo. Arabia Saudita fortifica su frontera de 900 kilómetros con una de las barreras de seguridad más largas del mundo, a un costo estimado de US$ 3.000 millones. El reino comparte con Yemen 1.458 kilómetros, y con Irak más de 800. Además, limita con otros cinco países: Barhein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Kuwait y Jordania.


NOTAS

1 Aranda, Gilberto y Salinas, Sergio, Teichopolíticas y extranjeridad: El caso del mundo islámico, Revista Ciencia Política, vol.34, N°2,  Santiago, 2014, 460p.    

2 El historiador británico complementa: “Ha habido algunos intentos ocasionales de contrarrestar la fragmentación política del globo por medio de zonas de libre comercio, solo la Unión Europea fue más allá de sus primitivos objetivos económicos. Y ni siquiera ella muestra signos de convertirse en el Estado europeo federal o confederal que imaginaban sus fundadores”. Véase Hobsbawm (2008: 38).

3 Aunque -como dijimos- algunos están fuera del mundo islámico, buena parte se encuentra al interior de este. Por ejemplo, está la frontera entre México y Estados Unidos con 3.200 kilómetros.

REFERENCIAS

Ahmed, Akbar and Donnan, Hastings. 2005. "Islam in the Age of Posmodernity". En Islam, Globalization and Postmodernity, editado por Akbar Ahmed y Donnan Hastings, 1-20. London and New York: Routledge.     

Aranda, Gilberto y Salinas, Sergio. 2014, Teichopolíticas y extranjeridad: El caso del mundo islámico, Revista Ciencia Política, vol.34, N°2,  Santiago.   [En línea] http://www.revistacienciapolitica.cl/2014/articulos/teichopoliticas-y-ex... el 10 de mayo de 2015]         

BBC. 2009. “Los muros que no han caído”. BBC, 2 de noviembre. [En línea] http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2009/10/091030_muros_primera.shtml [consultada el 10 de septiembre de 2013]         

Didot, Marie. 2013. "Les barrières frontalières : archaïsmes inadaptés ou renforts du pouvoir étatique?".L'espace politique (20). L'espace politique (20). [En línea] http://espacepolitique.revues.org/2626 [consultada el 10 de septiembre de 2013]         

Halliday, Fred. 2002. "West Encountering Islam. Islamophobia Reconsidered". En Islam EncounteringGlobalization, editado por Ali Mohammadi, 14-35. London: Routledge.       

Hobsbawm, Eric. 2008. “Después del siglo XX: un mundo en transición”. En América Latina: ¿Integración o Fragmentación?, editado por Ricardo Lagos, 29-50p. Buenos Aires: Fundación Grupo Mayan-Editorial Edhasa. 

Jones, Reece y Rosière, Stéphane. 2012. "Teichopolitics: Re-considering Globalisation Through the Role of Walls and Fences". Geopolitics 17 (1): 217-234.         

Robertson, R. 2007. Open Societies, Closed Minds?: Exploring the Ubiquity of Suspicion and Voyeurism. London: Routledge.         

Rosière, Stéphane. 2011. "Teichopolitics: the Politics of Border Closure". Si Somos Americanos Revista deEstudios Transfronterizos XI (1): 151-163.         

Rumford, Chris. 2013. The Globalization of Strangeness. New York: Palgrave Macmillan.      

About Author(s)

Gilberto Aranda
Doctor en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile; Maestro en Estudios Sociales y Políticos, Derechos Humanos Contemporáneos y Estudios Internacionales; Licenciado en Historia y Comunicación Social.