El Duro Relato Ecuatoguineano: Nostalgia y Fuerza Imperecederas

October 11, 2016

Guinea Ecuatorial es un pequeño país de África Occidental que se independizó de España hace casi 46 años, y tiene una conexión profunda con América Latina.  Conocida por varios siglos como “Guinea Española”, la actual República de Guinea Ecuatorial se ubica entre Camerún, al norte, y Gabón, al sur y al este.  Los portugueses, en 1471, fueron los primeros europeos que exploraron y reclamaron en nombre del trono portugués el Golfo de Guinea, las tierras que hoy pertenecen al país. Lamentablemente, los asentamientos coloniales darían lugar a una historia llena de explotación, esclavitud y angustia infligida por europeos codiciosos a los ecuatoguineanos.

A pesar del triste hecho de que, a partir de 1471 hasta la actualidad, la gente de Guinea Ecuatorial se ha sometido a violencia, dominación, y esclavitud, se observa su resolución notable por mantener la vitalidad de su cultura.  Hay cerca de un 27% de personas de ascendencia africana en América Latina, y, por lo tanto, aún cuando el porcentaje en los Estados Unidos es más cerca de 12% ó 13%, no se puede negar la importancia de la influencia africana en todas las culturas del continente Americano.1

Por eso, y específicamente en este ensayo por observar un cierto aspecto de la poesía ecuatoguineana a través del cual se pueden sentir las experiencias de dictadura y exilio de la gente, esta obra se va a empeñar en investigar algunos de los vestigios duraderos de la pesadumbre y el perjuicio que surgieron durante la particular historia de Guinea Ecuatorial.  Tras varias décadas de funcionar como una colonia de poblamiento y explotación bajo control español después de que los portugueses se la concedieran a sus vecinos ibéricos entre los años 1777 y 1778, las tierras de la ‘Guinea Española’ ya estaban pobladas con africanos que sufrían de varios niveles de represión.

Durante el proceso desagradable del dominio español, como la corona española rigió con una doctrina de desprecio y altivez hacia los africanos, casi todos los nativos se consideraban esclavizados. Aunque los ecuatoguineanos sin duda poseían una conciencia cultural y una red de historias y tradiciones orales hace mucho, fue en el año 1947 cuando, por primera vez, se incorporó parte de su propia literatura a la prominente revista La revista Guinea Española.  Esta visibilidad de su cultura en esta célebre obra nacional sirvió como un catalizador importante para que las ricas tradiciones de los ecuatoguineanos reaparecieran; los nativos finalmente tenían un medio a través del cual expresarse.

Esta mayor visibilidad de la expresión del pueblo ecuatoguineano les proporcionó un mayor sentido de empoderamiento a los nativos, llevando al surgimiento de más perspectivas, ideas y demandas por parte de los africanos. Con el empoderamiento generado en gran parte por la liberación literaria y cultural, los ecuatoguineanos por fin crearon las condiciones necesarias para que empiece la lucha de independencia en los años 50 del siglo pasado. La independencia sería alcanzada finalmente en octubre de 1968, cuando España cedió a la presión internacional. No obstante, a causa del caos que seguiría esta proclamación como resultado de unas elecciones presidenciales conflictivas y otros factores, en marzo de 1969 el presidente democrático, Francisco Macías Nguema, aprovechó el pretexto de inestabilidad y violencia para instalar una siniestra dictadura en el país. A partir de la creación de la dictadura de Macías, que duró diez años hasta 1979, cuando su sobrino, Teodoro Obiang Nguema, realizó un golpe de Estado, no hubo libertad de expresión, así que resultó que cualquier producción literaria característicamente ecuatoguineana no tuvo espacio para ser desarrollado.  Más de una década después de que se había ganado la independencia nacional y luego de que Obiang tomó el poder en 1979, por fin reapareció el derecho de expresión sin censura.1

Como resultado de esta historia, la mayoría de las manifestaciones de expresión ecuatoguineana tienen que ver con el sufrimiento vivido bajo las dos dictaduras sanguinarias, incluyendo el exilio de muchos.  A continuación hago un breve análisis de la poesía del pueblo de Guinea Ecuatorial, tratando de capturar la perspectiva única de los africanos.

Aunque hay varias obras a las cuales se puede referir para detallar el fuerte sufrimiento del ecuatoguineano en manos de las dictaduras, una buena muestra es La voz de los oprimidos por Anacleto Oló, Mibuy.  En esta redacción, el hablante lírico es un nativo de Guinea Ecuatorial que ya ha experimentado bastante violencia y quiere, más que nada, que su poesía sirva como un recordatorio del pasado doloroso para que jamás se repita.  La voz poética hace referencia al hecho de que era uno de los oprimidos en el pasado cuando anhela que “Mis poesías serán leídas un día, / debajo de mis árboles, / sin techos ni barnices de aire”.  Acá, el poeta no solamente afirma que desea que sus obras sean leídas algún día en plena libertad y sin cualquier forma de censura sino que además se refiere a la naturaleza prístina de su patria, un tema repetitivo que se encuentra a menudo en la poesía del país. Además, junto con señalar que quiere que haya una nueva generación de progreso y un nuevo porvenir, el autor enfatiza el hecho de que en su cultura tanto los muertos como los vivos juegan un papel, como sus almas y espíritus aún pueden recibir consuelo; dice

        Muertos y vivos de corazón arañado

                    de cualquier negra injusticia,

        mis poesías llamarán a la resurrección

                    con la voz de los que no la tuvieron,

        con la voz de los oprimidos.

Con varias otras referencias a la flora y fauna nativa, el poeta también implica la idea de una rebelión por decir "En las lumbas se alzarán / esqueletos de negros invisibles / sentados en su banco de condenados", y quiere que su poesía los despierten.

Otra obra destacada que sirve para enterarse del padecimiento y anhelo del ecuatoguineano moderno se llama N’ne puacho (Volveré), de Juan Balboa Boneke.  Este poema no menciona la represión del liderazgo del nuevo país, pero en cambio se concentra en el vínculo afectivo entre el pueblo y la naturaleza.  Hay un uso casi incesante de términos románticos que tienen que ver con la flora y fauna locales, como “arboleda”, “remanso”, “cielo estrellado”, “aroma”, “helecho”, “verde prado”, y “campiña”.  Esto indica la nostalgia del autor con su patria a pesar de vivir el exilio. Representando esa rama imprescindible de la imaginación y manera de vivir de los ecuatoguineanos, esta poesía destaca el respeto y el amor eternos para la naturaleza de sus tierras.

Existen muchas obras que permitirían observar los sentimientos de los ecuatoguineanos relativos a su hogar tanto durante las dictaduras como en el exilio, pero una pieza particularmente destacada es El prisionero de la gran vía, de Francisco Zamora Loboch. En este poema hay varias referencias orgullosas a la vida tradicional en Guinea pese a que el hablante desesperado reside en Madrid.  Él menciona su “taparrabos nuevo / donde [hablándole a su mamá] bordaste mis iniciales”, sus “gritos de guerra”, y aun sus “tatuajes” – todos elementos tradicionales de su cultura nativa.  Consternado, a través de la obra él le dirige el mensaje a su madre, sugiriendo que él todavía no ha podido quitarse las costumbres de su patria – una patria que él ama y anhela.  A causa de no poder

       “pasear[se] por las grandes vías

                    el torso desnudo, desafiando al invierno,

        y enseñando [sus] tatuajes

                    a los niños de esta ciudad”

él afirma que se siente como si fuera un “fiel esclavo de los tendidos”.  Acá, hay un sentido agudo de nostalgia para su patria, y, en este caso, como se puede leer en otras obras de la época también, él no se siente cómodo en su ambiente.

Me parece que al revisar el relato histórico de Guinea Ecuatorial se gana un aprecio profundo por su pueblo. Al examinar algunas poesías representativas de la época moderna resulta obvio que a pesar de la turbulencia y la desgracia vividas por los ecuatoguineanos, ellos han desarrollado su propia visión del mundo y han logrado encajar todo eso en una literatura notable y valiosa. A pesar del hecho de que he examinado una muestra limitada, hay una amplia gama de obras parecidas a través de las cuales el ecuatoguineano reflexiona acerca de su mundo. Profundamente afectado por el relato histórico tanto de su cultura como de su país, estas obras expresan experiencias comunes y emociones compartidas.  La poesía que ha surgido de este pequeño país ofrece una perspectiva única y valiosa del mundo,  principalmente basada en un amor para la naturaleza y una valoración de la patria. Aunque la historia y el relato de los ecuatoguineanos no son muy conocidos en el continente americano, considerando su influencia demográfica y de otro tipo, vale la pena conocer su hermosa producción literaria.

 


Referencias:

 

1 Branche, Jerome.  Lecture: Spanish 1404 (Afro-Hispanic Writers). University of Pittsburgh. 25, 27, 29 aug 2014 & 3 sept 2014.

2 Mibuy, Anacleto Oló, La voz de los oprimidos.

3 Boneke, Juan Balboa, N’ne paucho (Volveré).

4 Loboch, Francisco Zamora, Prisonero de la Gran Vía.

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Kevin Kerr
Kevin Kerr is a senior undergraduate student at the University of Pittsburgh currently pursuing a Bachelor's degree in Spanish with a related minor in Portuguese as well as a second minor in Linguistics while also obtaining a Certificate in Latin American Studies from CLAS. After taking some time to travel and work throughout the world, specifically Latin America, post-graduation, he has aspirations of working and studying in the International Business/Economics or Public Health fields.